lunes, 28 de marzo de 2011

El Manual

- Pase señor Proctor, llega usted en muy buena hora.
Su sonrisa hacía creíble aquella frase y para subrayarlo le ofreció un té.

- Un café con leche si no le importa Leonor, los tes me dan cagalera.
Proctor era educado pero a menudo abusaba de la confianza en si mismo sabiendo que esto le hacía más atractivo a los ojos de Leonor.

- Bien,
Leonor no tenía café hecho pero no dijo nada, cuando Proctor cayera en la cuenta ya sería tarde y ella se disculparía por la falta de tiempo. Los pequeños detalles siempre eran previsibles, Leonor tenía especial habilidad para el protocolo.

- He revisado todos los manuales, no hay nada en esos textos, no se que decirle Leonor. Será mejor que viajemos juntos a ese lugar. Puede que allí encontremos alguna pista.

- Es posible, aunque,… un viaje en estos momentos ……. no se si es oportuno tengo algunos negocios por resolver y…..

- No pretendo incomodarla Leonor es un viaje más, pero no puedo ir solo.
Leonor bajó la cabeza y no pudo evitar un leve gesto de turbación

- En fin, tengo que marcharme es inútil darle más vueltas, está todo hablado, la decisión es suya. Proctor bajó las escaleras lentamente mientras Leonor le miraba desde la puerta.

- ¡ Tengo que pensarlo señor Proctor! Sé que usted lo entiende… Proctor se detuvo y giro la cabeza rozando el hombro con su barbilla.

- ¡Claro Leonor! puede que aun no este preparada para conocer todas las respuestas. Se sintió ofendida y cerró la puerta girando ruidosamente la llave para protegerse de los pensamientos de aquel hombre.

Proctor se incorporaba de nuevo al tránsito de la calle en aquella ciudad aún ajena.

2 comentarios:

NUFEB dijo...

No consigo guardar los cambios del texto, a ver si se entiende así todo seguido o ... alguien me dice como hacerlo jopetas!!!

Mincholed dijo...

Proctor te agradece, me lo ha dicho, la recreación de su carácter. Al poco, ha añadido, no sin cierta consideración en el tono una de sus sentencias.

- ¡Maldita sea! Esta mujer se empeña en hacerme tragar esos malditos brebajes sabiendo que no los soporto.

Ha hecho una pausa, se ha liado un cigarrillo de papel orgánico perfectamente cilíndrico para después añadir como si importancia...

- Bueno, realmente tiene cosas interesantes. Ha conseguido enseñarme a liar los cigarrillos.

Ha encendido el cigarrillo y con un portazo me ha dado a entender que salía a pasear ensimismado en sus cosas. Me ha parecido adivinar algo parecido a una sonrisa en su rostro.