martes, 8 de mayo de 2012

Hoy despertó Leonor y se vió en el beso de mañana temprano. Aún extraña a esta sensación, sumaba momentos felices al lado de él. No sabia lo importante que era sentirse bien y queria atrapar esa sensación en su memoria,  como referencia olvidada de otros momentos quizás iguales.

Proctor no habría sabido, manchaba lo que cubría con un tinte ocre que Leonor interpretaba como el destino trágico de su vida.

No más cadáveres ni letras falsas, ni gestos vacíos, ni viajes solitarios. La maleta de Leonor estaba sin abrir enmedio del pasillo, dejó una flor en la entrada, suspiró a medio camino y entró en la habitación.

Mezcló placeres y necesidades, nada era prohibido. Entregar su alma o que le fuera robada, daba igual.

Leonor quería inventarse la felicidad sin que le estorbara nada. Se sintió más cómoda según él le quitaba la ropa que llevaba puesta y observaba su cara, con la mirada clavada en ella, apartando el miedo como el papel arrugado que se tira al abrir un regalo. Jamás Leonor había apreciado tanto ese gesto. Era el momento mejor para  hacer intenso cada movimiento, pensó que no necesitaría más horas felices despues de aquella tarde.

Leonor ahora si ..... se había olvidado del viaje que quería hacer.

lunes, 9 de enero de 2012

Libre


Amo:
Que no te estorbe mi ropa para sentir mi cuerpo,
Que no sea el lecho cómodo la escena de nuestros suspiros y besos.

Te amo siempre dispuesto, siempre atento,
amo también el descaro con el que te sirves en nuestros banquetes de pasión;
amo cada roce que hace vibrar mi cuerpo.

Amo:
Ser yo tu reflejo en el instante que tiemblas en mi,
que me venzas en cada loco estallido de cada minuto nuestro.

Amo ese instante silencioso, cuando tus ojos,
Amor, tus ojos preciosos,
clavan un te quiero en mis labios sedientos.

martes, 3 de enero de 2012

El Capricho

Un momento en el espacio del tiempo
como el Caprichoso jardín que me enseñaste.

Caminos, veredas de verde y flores
mejores que las rosas,
secas, rojas

Tiene la Alameda de Osuna un color
y le pone sabor tu jardín de cuento
y su cisne negro.

Voy a ceder mi cuerpo a estos lugares eternos
que una tarde llenamos
tu y yo.

¡Que la ciencia no entiende de pasión!
y yo... si quiero en este jardin
hacer mi duelo cuando ya mi cuerpo sea
para ti, solo un recuerdo.