jueves, 13 de junio de 2013

Mejor mirar al Sol

Despertó Leonor de un sueño, sudaba pero tenía paz, no fué un mal sueño. Esa mañana encontró que la realidad era amable, que le gustaba ser Leonor.
Proctor no volvió a dar señales de vida y eso era bueno, muy bueno. Plantó sus pies en el suelo y una fuerza rara los encaminó a la puerta, la abrió y alli estaba aquella rosa solitaria, roja y viva que tanto había esperado ver. No hizo nada.
Leonor escribió una lista de cosas que tenía pendientes, todas eran buenas y agradables, pegó la lista en una pared y sacó su carita por la ventana buscando el sol que, aquella mañana, le daría toda la fuerza que necesitaba.

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